La irrupción del operador de telecomunicaciones saudí STC en el accionariado de Telefónica con el 9,9% del capital, lo que le convierte en el primer accionista de la compañía , genera inquietud entre los economistas, que se preguntan si la regulación española es suficiente para garantizar la autonomía estratégica.«No sé la confianza que se tiene en esta operación, pero da mala espina», admitió ayer la catedrática de Fundamentos de Análisis Económico y doctora en Economía por la Universidad de Valencia, Matilde Mas, en una jornada organizada por el Consejo General de Economistas de España, en la que instó a mirar la operación desde el punto de vista de la necesaria defensa de la autonomía estratégica .Noticia Relacionada estandar Si Defensa avisa de que estudiará «con mucho rigor» la entrada saudí en Telefónica Pilar De la Cuesta Robles asegura que STC aún no ha tramitado la solicitud a la que obliga el Real Decreto de Inversiones Exteriores«Los intereses nacionales se tienen que defender con la regulación y menos con la propiedad», opinó Vicente Salas, catedrático de Economía y ex consejero del Banco de España, que también manifestó sus dudas respecto a que la entrada de capital saudí en Telefónica sea una mera operación financiera y no aspire a tener un cierto nivel de control sobre la misma.Tanto Vicente Salas como Matilde Mas abogaron por la necesidad de incorporar el principio de la autonomía estratégica a la regulación española en línea con lo que se está promoviendo desde la Comisión Europea y por que esa regulación defienda de forma efectiva los intereses nacionales en este tipo de operaciones.La entrada repentina de un operador controlado por el Estado saudí en la estratégica empresa española de telecomunicaciones, que presta servicios críticos en materia de ciberseguridad y seguridad nacional de las comunicaciones, ha desencadenado un debate académico respecto a la eficacia de los instrumentos de defensa de los intereses estratégicos nacionales. El Gobierno ha desarrollado desde la pandemia un escudo antiopas que aspiraba a evitar o como mínimo a controlar la toma de control de empresas estratégicas por parte de inversores extranjeros, lo que no ha impedido que STC haya operado por debajo del radar para convertirse casi en secreto en el primer accionista de una de las empresas estratégicas españolas por definición. Ahora Defensa deberá determinar si habilita la eventual presencia en el Consejo de Telefónica de representantes de STC.Morgan Stanley, el conseguidorMorgan Stanley comunicó a última hora de este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una participación en el capital social de Telefónica del 12,178%, incluyendo el 9,9% que el banco de inversión estadounidense ha adquirido, en pequeñas cantidades, para la operadora saudí STC.El banco tenía de plazo hasta la noche de ayer lunes para informar a la CNMV de su participación en la operadora española, informa EP.Según el registro enviado por Morgan Stanley al supervisor, ese 9,9% de Telefónica adquirido a cuenta de STC equivale a 569.295.356 derechos de voto y se materializa a través de una opción ‘put/call’ , un derivado financiero con un periodo de conversión que, en este caso, abarca desde el 5 de marzo de 2026 al 5 de septiembre de 2028.El resto de la participación declarada en la operadora española, un 2,278%, pertenece a la propia cartera de Morgan Stanley.Noticia Relacionada estandar Si Telefónica presta «servicios fundamentales para la Defensa Nacional» Javier Chicote La compañía controla comunicaciones vía satélite del ejército y protege de ataques cibernéticosSTC, participada en un 64% por el fondo soberano saudí (Public Investment Fund), hizo público el pasado martes que había adquirido el 9,9% del capital social de Telefónica por un importe de 2.100 millones de euros.Morgan Stanley ha sido la encargada de ir adquiriendo en los últimos meses pequeños paquetes de títulos de Telefónica para STC mediante filiales y otros vehículos de inversión, cuestión que, según diversos analistas, también habría servido para sostener el precio de la cotización de Telefónica, especialmente en agosto y tras el varapalo que supuso la pérdida como cliente mayorista de 1&1 en Alemania.Las participaciones significativas y el deber de notificarlas se recogen en una norma europea y en su transposición española. Existen algunas especificidades y exenciones parciales para las posiciones que construyen las entidades financieras.La normativa contempla que los bancos cuentan con una exención de la CNMV por la que no tienen que registrar las participaciones en empresas si no superan el 5% del capital social de la sociedad y son para hacer ‘trading’.La notificación de Morgan Stanley a la CNMV se produce después de que el pasado viernes el fondo soberano saudí declarara en los registros de la CNMV que ostenta una participación del 9,9% en Telefónica.Este movimiento se canalizó a través de Green Bridge Investment, un vehículo inversor controlado en su totalidad por STC y que es el titular tanto de las acciones como de los instrumentos financieros contemplados en la operación.